
¿Qué encontraremos en este artículo?
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado múltiples industrias, pero su crecimiento también plantea desafíos ambientales. La infraestructura necesaria para entrenar y operar modelos de IA consume grandes cantidades de electricidad, agua y otros recursos naturales, generando preocupaciones sobre su sostenibilidad.

Consumo de energía de la IA
Los centros de datos que alimentan la IA requieren enormes cantidades de electricidad para procesar información y entrenar modelos avanzados.
Demanda energética global: En 2024, la IA representó aproximadamente 1.5% del consumo eléctrico mundial, equivalente a 415 teravatios-hora (TWh).
Proyección futura: Se estima que para 2030, el consumo de energía de la IA podría triplicarse, alcanzando 945 TWh, comparable al consumo total de un país como Japón.
Centros de datos: Un solo centro de datos de IA puede consumir tanta electricidad como 100,000 hogares, y los más grandes podrían llegar a 20 veces más.
Consumo de agua en la IA
El enfriamiento de los servidores es esencial para evitar el sobrecalentamiento, y muchas instalaciones utilizan agua para este proceso.
ChatGPT y modelos similares: Generar un texto de 100 palabras consume aproximadamente 519 mililitros de agua, lo que equivale a una botella promedio.
Centros de datos: En ciudades como West Des Moines, Iowa, los centros de datos de Microsoft utilizan alrededor del 6% del agua total del distrito.
Impacto acumulado: Si solo el 10% de la población activa en EE.UU. usara IA semanalmente, el consumo anual de agua ascendería a 435 millones de litros, suficiente para abastecer a un millón de personas por un día y medio.


Desafíos ambientales y soluciones
El crecimiento de la IA plantea preocupaciones sobre su impacto ambiental, pero también existen estrategias para mitigar su consumo de recursos.
Altas emisiones de CO₂: La IA podría convertirse en un importante generador de emisiones si no se optimiza su eficiencia energética.
Escasez de agua: En regiones con estrés hídrico, el uso intensivo de agua por parte de los centros de datos puede generar conflictos con las comunidades locales.
Soluciones sostenibles: Empresas como Google y Microsoft están explorando el uso de energía renovable y sistemas de enfriamiento más eficientes para reducir el impacto ambiental de la IA.
Conclusión
La inteligencia artificial es una herramienta poderosa, pero su crecimiento conlleva un alto consumo de energía y recursos naturales. Para garantizar su sostenibilidad, es crucial desarrollar tecnologías más eficientes y adoptar prácticas responsables en la gestión de centros de datos.